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Llevo una temporadita sintiendo que estoy en el lugar dónde tengo que estar, pero a la vez me encuentro un poco perdida en el sentido espiritual. Aunque busco contactos que siguen las tradiciones del Camino Rojo y la Rueda de Medicina, ya que me siento identificada con los rituales, sus cantos y ceremonias, lo que actualmente más me llena es vivir en la naturaleza, cantar mis propias tonadillas y danzar con otras personas. La verdad es que cierro los ojos y veo cabritas, vacas, caballos, huertas... cabañitas, árboles, nieve, bosque y matorral, círculos de piedra... Escucho un violín o un tambor y ¡se me ponen los pelos de punta! No sé qué quiere decir todo ello, pero lo que veo en mis visiones son paisajes de esta zona del Planeta en la que habito.
Todos estos sentires y reflexiones se sincronizan con los de mi querido amigo Ernesto. No tengo la capacidad de expresión, ni la gran sabiduría que tiene él con respecto a según qué temas, pues gracias a sus conocimientos es capaz de enlazar los hechos del día a día con la mitología, la historia, la antropología, la psicología transpersonal y los archivos que tiene guardados en el disco duro de su intelecto. Con todo ese pupurri llega a una interesante conclusión que estoy tratando de digerir pues, querido amigo, se me hace difícil leerte y tengo que ir poco a poco.
Curiosamente, a ambos nos llegan informaciones sobre nuestra herencia, nuestra memoria celular, nuestros antepasados; así como otras posibilidades de interactuar con el mundo más conectados con nuestra esencia y con el "de dónde venimos". Vivir con el Misterio , con el Gran Espíritu, desde aquí, desde nuestra península.
Una serie de escritos, el libro del "Consejo de las Trece Abuelas", un reacercamiento a la música Celta y el folclore Europeo, así como el Flamenco, la música en general, la luz de las tierras del Sur, la imposibilidad de sentirme perteneciente al Camino Rojo, ni tan siquiera de continuar con las artes marciales, el Tai Chi... formas de expresión Orientales con las que conecto muy bien pero que ya no siento mías... En fin, todo ello , me ha trastocado un poquillo.
Y ahí estaba Ernesto para hacerme entender lo que está pasando. Hace un par se semanitas me escribió una reflexión sobre el "Camino Rojo" así que iré desglosando sus palabras porque me interesa compartirlas con tod@s vosotr@s.
En primer lugar comenta y a modo de aclaración, "cuando las diversas comunidades indígenas supervivientes a la colonización se vieron obligadas a asociarse para hacer causa común, el término Camino Rojo se generalizó a todas ellas. Así, se ha convertido en la defensa de la forma de vida espiritual y religiosa de los nativos de América del Norte. Actualmente, dado el intenso impacto existencial que produce la Danza del Sol, entre los Lakotas principalmente y sus hermanos los Dakotas y Nakotas, han autorizado la partición en la misma de otros colectivos indios de Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica; hasta me parece que han participado gentes de otras comunidades nativas de otras regiones del globo.
Son miles de años de una práctica que, aún con cambios, ha mantenido una conexion básica en los habitantes nativos de este continente. Sacar de contexto estos ritos es banalizar y cuestionar su identidad. No podemos seguir el Camino Rojo porque no es el nuestro. Podemos apoyarlo, comprenderlo, ensalzarlo; pero no seguirlo a menos que nos adopten individualmente en su comunidad".
Sobre las trece abuelas, y nuestra iniciación con una mujer medicina, Lorena Herrera (Monterrey-Méjico) Ernesto comenta:
"Tanto las 13 abuelas como el Consejo de Medicina, tiene el objetivo común de acercar y ayudar que la gente (especialmente occidentales) se sienta revinculada a la Abuela y Madre Tierra en este portal de inicio del ciclo (2013).(...) Este Consejo nos pide que sintamos en nosotros mismos la fuerza de la Madre Tierra, que nos conectemos a ella, pues es la mejor manera de cambiar este mundo autodestructivo y de desarrollar una espiritualidad que nos sane y sane el Planeta. Justo lo mismo que nos decía Lorena Herrera en sus trabajos con nosotros. Nadie nos dijo, ni nadie nos dice que sigamos el Camino Rojo.(...) El Amor a la Vida y a la "Generadora de la Vida" no tiene límite, ni frontera de ningún tipo. El anhelo de unión extásica con el Cósmico o Gran Misterio es algo univeral."
Algo más de lo que Ernesto me escribe en su carta y que es muy importante recordar: "Una cosa que tengo clara es que los amerindios lucharon por su derecho a habitar las tierras de sus ancestros, a preservar su identidad como forma de vida, a tener dignidad y un futuro para sus sucesivas generaciones. Ellos están en esta lucha. Nosotros, los nativo-europeos, hemos sido conquistados numerosas veces. Se nos destruyó el mundo originario de un modo tan feroz, o quizás más que el de los hermanos amerindios y, a pesar de ello, aún mantenemos algunos vestigios de ese sentir primigenio. Con la ayuda de la arqueología, la historia y la antropología vamos recordando qué y quienes fuimos; y dándonos cuenta que originariamente compartimos prácticas casi idénticas o análogas a las de nuestros colegas de América, Asia, África y Australia.
(...) Su holocausto empezó hace más de 500 años. El nuestro se inició hace alrededor de 5000 o 6000 años. Desde entonces hemos tratado de resurgir de las cenizas y una y otra vez hemos sido sometidos, combatidos y exterminados".
Sobre la mujer, su papel, su poder dentro de la sociedad, Ernesto continuó diciendo: "(...) el ver como el sentir de los antiguos celtas seguía perviviendo; que la esencia del cristianismo no es algo genuino y propio de sólo hace 2000 años, sino desde siempre vivo y, por último, pero como elemento de máxima importancia, que la mujer y el sentir de su importancia era, por lo menos igual al del hombre tanto en el terreno místico, como social y personal. Por ello el catarismo estaba plenamente integrado en el sentir espiritual no dogmático de lo natural. Fue un intento de renacer el fénix ancestral, y una vez más se exterminó.
Aquí en occidente, desde hace unos 5000 años, se ha producido una guerra contra el principio cósmico femenino, contra la dividinidad femenina originaria. El énfasis patriarcal de poder y dominio de someter y conquistar, ha sido muy poderoso. (...) De tal inmensidad de experiencias vividas y sufridas, disponemos de un gran conocimiento adquirido, escrito en nuestros cuerpos, arraigados en nuestra tierra".
Y, por último, ¿qué es el Camino Blanco?: "Para las consciencias despiertas no debe generarse una nueva religión, sino un sentir común y personal sabio, que las trascienda. Esto constituye una búsqueda comprometida y personal, pero compartida en la diversidad. Para mí, esto constituye el Camino Blanco, el del Nore, o del guerrero, de la apertura de la mente asociado al elemento aire. Tenemos necesidad de Oriente (taoismo, budismo...) el Amarillo, del Afro, el Negro y del Amerindio, el Rojo. Los cuatro unidos constituyen la Sagrada Rueda Medicinal Originaria. Tal como dicen las profecías hopis y mayas, en un tiempo se separaron y ahora llega el tiempo de reunirse y aportar sus maestrías. ¿Cuál es la aportación blanca? ¿Hay algo más que la ciencia y la técnica mecanicista? ¿Cómo integrar tal dominio de las leyes del tonal con el sentir espiritual natural? ¡Este es nuestro reto! Lo que sale de aquí es nuestra aportación a la nueva humanidad que está naciendo en estas fechas".
Espero que os sirva para reflexionar. Hoy también colgaré el "Ensayo sobre la Espiritualidad Natural de Europa", un interesante texto elaborado por Ernesto que os podéis descargar aquí y en la parte izquierda. Ojalá queráis y podáis expresar vuestro sentir respecto a este tema.
Bendiciones.