Hace una semana comenzó el décimo mes del calendario maya-celta. Acaba el 1 de mayo, con la fiesta del trabajador, con la Festividad Celta de Beltane. La época sombría ha sido, en mi caso, sombría... y lo continúa siendo. Efectivamente, mi mundo se ha derrumbado. La paciencia y el observar de frente mis miedos, me está permitiendo salir de este caos que ha provocado la anterior luna, y que termina el 14 de abril -curiosamente, un día en el que se van a esclareceder dudas sobre mi vida cotidiana-.
JuanVi y yo esperamos a Jairo para la época luminosa del doceavo mes, ya muy cercano al treceavo. No tengo mucha idea de las terminaciones, todavía estoy aprendiendo, pero leer que los árboles asociados son el espino blanco y el roble me ha alegrado la noche: son árboles en los que reparo mi atención últimamente. El espino albar pronto florecerá por esta zona y justo delante de casa tenemos un pedazo de roble para el que no existen palabras que lo puedan describir. Simplemente es, está presente, grande, viejo e imponente.
mi amor para los tres,que los arboles hos susurren y cuando nazca Jairo que los dioses de la existencia hagan llover flores sobre el,besos charo
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