Mitakuye Oyasin, "por todas mis relaciones" es una expresión genuinamente LaKota. Nunca tratemos de banalizar esta expresión, pues tiene poder, el poder de conectar nuestro ser con la totalidad. Que la sagrada rueda medicinal también lo acompañe, pues se refieren a lo mismo. Todo es espíritu, todo es poder, todo es medicina; energía, potencia y efecto o consecuencia.
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viernes, 24 de abril de 2020
Inipiyontoenergética: El guardian de los sueños - Pelicula completa - Es...
Inipiyontoenergética: El guardian de los sueños - Pelicula completa - Es...: El viaje iniciático de un joven indio lakota al encuentro de sí mismo; su abuelo le acompaña mostrándole el significado del "Camino r...
domingo, 26 de octubre de 2014
EL GUARDIÁN DE LOS SUEÑOS (Película completa en español)
El viaje iniciático de un joven lakota al encuentro de sí mismo; su abuelo lo acompaña mostrándole el significado del "Camino rojo" a través de relatos de viejas historias indias. Sensillez, humildad, respeto a todas las tradiciones y culturas indias así como el reconocimiento de la necesidad de reconexión de ciertos indoeuropeos. De un modo sencillo y entrañable aproxima la ancestral espiritualidad nativo americana adecuándola al mundo actual. Para los indoeuropeos es una inspirada reflexión acerca de valores connaturales y arquetípicos, para los nativos americanos es una llamada al reencuentro de su tradición espiritual. Mitakuye Oyasin. Ahó.
Ernesto.
Etiquetas:
Citas/Reflexiones,
Cuentos,
Películas,
Sueños
domingo, 24 de enero de 2010
jueves, 25 de junio de 2009
EL JARDINERO
Gracias Charo, por este bonito cuento que has escrito
y has querido compartir. Un abrazo mujer guerrera, maestra.
En la entrada de un colegio estaban las madres esperando a que sus hijos salieran. Parecían gallinas en un corral, discutiendo por el trato que una profesora daba a sus niños: unas a favor, otras en contra.
Esta profesora siempre comparaba a sus alumnos:
"Tu eres peor que tu hermano que lo tuve en cuarto";"tu eres mejor que fulanito"...
Siempre lo mismo... Y ésta era la discusión.
Las madres a cuyos hijos alababa estaban a su favor, las madres de los niños que no recibían el mismo trato estaban en contra -Os podéis imaginar-.
El jaleo que se formó fue tal, que por allí pasó un anciano y fue imposible que el pobre hombre no se enterara de todo lo que allí se decía.
Una mañana la profesora entró en su clase. Encima de su mesa había un gran ramo de flores y una nota que decía:"son para ti, por ser profesora".
No era su cumpleaños; seguro que lo habían dejado por error.Volvió a leer la nota, se sentó en su silla, miró el enorme ramo y el suave aroma llegó a su nariz haciéndole entrar en un extraño sueño...Vio un solar vacío...vio a un joven que estaba limpiando y recogiendo toda la porquería que allí había. Después vio como este mismo solar ya estaba limpio y el joven plantaba semillas, removía la tierra y la abonaba. Mientras lo hacía iba diciendo: "os planto para que nazcáis y hagáis de este terreno un trocito de mundo más bello. Con todo mi amor". Por último vio a un anciano. La profesora no pudo reconocer el solar, pues lo que vio fue un gran jardín donde crecían toda clase de flores: unas eran enormes, otras pequeñitas, unas crecían al sol y otras a la sombra. A cada una de ellas el anciano cuidaba y les daba lo que realmente necesitaban. Siempre les hablaba y les daba las gracias por ser tan diferentes y tan hermosas. Las flores, agradecidas, obsequiaban con su aroma al anciano...
La profesora despertó del extraño sueño; no sabía que pensar. Volvió a mirar el ramo, cogió la nota y siguió leyendo: "ninguna de estas flores son iguales, cada una ha necesitado cuidados diferentes pero todas y cada una de ellas son hermosas. Si las cuidas te entregarán todo su amor". Volvió a mirar las flores con más detenimiento y encontró un pequeñito papel en cada tallo: en el clavel ponía Juan, en la rosa, María, en la petunia, Javier...y así hasta completar los nombres de todos sus alumnos pasados y presentes. Por último la nota decía: "Mira bien, todos ellos son tu jardín. Que todas estas flores lleguen a ser hermosas está en tus manos.
Firmado:
El jardinero.
Y dicen y cuentan que algo pasó. A partir de aquel día dejó de ser profesora para convertirse en una gran maestra y, sobre todo, en jardinera.
Esta profesora siempre comparaba a sus alumnos:

"Tu eres peor que tu hermano que lo tuve en cuarto";"tu eres mejor que fulanito"...
Siempre lo mismo... Y ésta era la discusión.
Las madres a cuyos hijos alababa estaban a su favor, las madres de los niños que no recibían el mismo trato estaban en contra -Os podéis imaginar-.
El jaleo que se formó fue tal, que por allí pasó un anciano y fue imposible que el pobre hombre no se enterara de todo lo que allí se decía.
Una mañana la profesora entró en su clase. Encima de su mesa había un gran ramo de flores y una nota que decía:"son para ti, por ser profesora".
No era su cumpleaños; seguro que lo habían dejado por error.Volvió a leer la nota, se sentó en su silla, miró el enorme ramo y el suave aroma llegó a su nariz haciéndole entrar en un extraño sueño...Vio un solar vacío...vio a un joven que estaba limpiando y recogiendo toda la porquería que allí había. Después vio como este mismo solar ya estaba limpio y el joven plantaba semillas, removía la tierra y la abonaba. Mientras lo hacía iba diciendo: "os planto para que nazcáis y hagáis de este terreno un trocito de mundo más bello. Con todo mi amor". Por último vio a un anciano. La profesora no pudo reconocer el solar, pues lo que vio fue un gran jardín donde crecían toda clase de flores: unas eran enormes, otras pequeñitas, unas crecían al sol y otras a la sombra. A cada una de ellas el anciano cuidaba y les daba lo que realmente necesitaban. Siempre les hablaba y les daba las gracias por ser tan diferentes y tan hermosas. Las flores, agradecidas, obsequiaban con su aroma al anciano...
La profesora despertó del extraño sueño; no sabía que pensar. Volvió a mirar el ramo, cogió la nota y siguió leyendo: "ninguna de estas flores son iguales, cada una ha necesitado cuidados diferentes pero todas y cada una de ellas son hermosas. Si las cuidas te entregarán todo su amor". Volvió a mirar las flores con más detenimiento y encontró un pequeñito papel en cada tallo: en el clavel ponía Juan, en la rosa, María, en la petunia, Javier...y así hasta completar los nombres de todos sus alumnos pasados y presentes. Por último la nota decía: "Mira bien, todos ellos son tu jardín. Que todas estas flores lleguen a ser hermosas está en tus manos.
Firmado:
El jardinero.
Y dicen y cuentan que algo pasó. A partir de aquel día dejó de ser profesora para convertirse en una gran maestra y, sobre todo, en jardinera.
Rosario Quiles.
El cuadro es "Campo de tulipanes" de Vincent Van Gogh
jueves, 29 de enero de 2009
La Cenicienta que no quería comer perdices
Me gusta muchísimo este cuento. Desde que lo he descubierto con estas preciosas ilustraciones de Myriam Cameros, no paro de leerlo una y otra vez. Como a muchas otras personas, me hace reír, me emociona.
Ger expresa muy bien lo que yo también siento. Ella escribió: "¡es maravilloso esto de re-contar los cuentos, resignificar nuestro universo femenino con palabras y sentido propio! ¡¡De eso se trata, de COCREAR JUNTAS UNA NUEVA REALIDAD!!! Una realidad más libre, más sana, más plena para todos!!!
¡¡Besos!!
Y besos a tí también Ger, y a tod@s vosotr@s.
Nunila, su autora, tiene un CD editado con otros cuentos preciosos. Recuerdo que lo compré en La Plana (Artés-BCN). ¡Espero que lo disfruten!

miércoles, 17 de diciembre de 2008
Cuento Sueco
Este cuento me lo ha regalado hoy una persona que ha querido mostrarme su afecto con estas palabras. Gracias Mila, yo también doy gracias por haberte conocido.
Cuento sueco recopilado por Jirgen Swarz.¿Qué es la vida?
En un bonito día de verano, al medio día, había un gran silencio en la linde del bosque. Los pájaros tenían su cabeza metida entre las alas y todo reposaba.
De repente, el pinzón sacó hacia fuera su cabecita y preguntó:"¿Qué es realmente la vida?".
Todos se quedaron atónitos ante esta difícil pregunta.
El pinzón voló en arco sobre la extensa pradera y volvió a la sombra de su rama.
El escaramujo abrió enseguida su corola, empujó cuidadosamente hacia fuera una hoja tras otra y habló:"La vida es la alegría de volar con la luz del sol".

De repente, el pinzón sacó hacia fuera su cabecita y preguntó:"¿Qué es realmente la vida?".
Todos se quedaron atónitos ante esta difícil pregunta.
El pinzón voló en arco sobre la extensa pradera y volvió a la sombra de su rama.
El escaramujo abrió enseguida su corola, empujó cuidadosamente hacia fuera una hoja tras otra y habló:"La vida es la alegría de volar con la luz del sol".
Más abajo, en la hierba, una hormiga se afanaba con una caña de paja, diez veces más larga que ella misma y expresó:"La vida no es otra cosa que trabajo y fatiga".
Una abeja que regresaba de la pradera, donde había recogido el rico néctar de las flores, opinó en ese momento:"No, la vida es una alternancia entre el trabajo y la diversión".
Allí donde sabiamente se discutía, sacó el topo su cabeza de la tierra y refunfuñó:"¿La vida? es una lucha en la oscuridad".
Entonces, hubiera empezado la contienda, sino hubiera llegado una llovizna que dijo: "La vida son lágrimas y nada más que lágrimas". Y se fue hacia el mar
Allí, las olas, que con toda su fuerza se rompían al chocar contra las rocas, gimieron: "La vida es una lucha por la libert
ad".
En lo alto, un águila volaba en círcuo majestuosamente y graznó:"La vida es un esfuerzo contínuo por subir".
No lejos de la orilla, había un sauce al que el viento fuerte había doblado su tronco y dijo:"La vida es doblegarse ante una fuerza suprema".
Después, vino la noche. El búho voló suavemente por el prado hacia el bosque y susurró:"La vida es aprovechar el momento mientras los demás duermen".
Y finalmente, todo estaba tranquilo en el bosque y en el prado.
Pasó un rato y un joven que venía de camino se sentó cansada en la grama, estiró sus pies y sus manos; agotado de tanto beber y bailar pensó: "La vida es una contínua búsqueda de la felicidad y una larga cadena de decepciones".
De pronto irrumpió el amanecer con toda su belleza y dijo: "Como yo, el amanecer, yo soy el principio del nuevo día, así es la vida, el comienzo de la eternidad".

Una abeja que regresaba de la pradera, donde había recogido el rico néctar de las flores, opinó en ese momento:"No, la vida es una alternancia entre el trabajo y la diversión".
Allí donde sabiamente se discutía, sacó el topo su cabeza de la tierra y refunfuñó:"¿La vida? es una lucha en la oscuridad".
Entonces, hubiera empezado la contienda, sino hubiera llegado una llovizna que dijo: "La vida son lágrimas y nada más que lágrimas". Y se fue hacia el mar
Allí, las olas, que con toda su fuerza se rompían al chocar contra las rocas, gimieron: "La vida es una lucha por la libert

En lo alto, un águila volaba en círcuo majestuosamente y graznó:"La vida es un esfuerzo contínuo por subir".
No lejos de la orilla, había un sauce al que el viento fuerte había doblado su tronco y dijo:"La vida es doblegarse ante una fuerza suprema".
Después, vino la noche. El búho voló suavemente por el prado hacia el bosque y susurró:"La vida es aprovechar el momento mientras los demás duermen".
Y finalmente, todo estaba tranquilo en el bosque y en el prado.
Pasó un rato y un joven que venía de camino se sentó cansada en la grama, estiró sus pies y sus manos; agotado de tanto beber y bailar pensó: "La vida es una contínua búsqueda de la felicidad y una larga cadena de decepciones".
De pronto irrumpió el amanecer con toda su belleza y dijo: "Como yo, el amanecer, yo soy el principio del nuevo día, así es la vida, el comienzo de la eternidad".

domingo, 23 de noviembre de 2008
Maktub, p.136
A veces pasamos días o semanas enteras
sin recibir ningún gesto de cariño
del prójimo. Son períodos difíciles, cuando el calor humano se pierde,
y la vida se resume en un arduo esfuerzo de supervivencia.
Dice el maestro:
Debemos examinar nuestro propio lar. Debemos echar más leña,
e intentar iluminar la sala oscura en la que se ha convertido
nuestra vida. Cuando escuchemos que nuestro fuego crepita, que la madera chasquea las historias que cuentan las llamas, la esperanza
nos será devuelta.
Si somos capaces de amar, también seremos capaces
de ser amados. Es simplemente
una cuestión de tiempo.
Paulo Coelho. Maktub. Pg. 136.
Dice el maestro:
Debemos examinar nuestro propio lar. Debemos echar más leña,
e intentar iluminar la sala oscura en la que se ha convertido
nuestra vida. Cuando escuchemos que nuestro fuego crepita, que la madera chasquea las historias que cuentan las llamas, la esperanza
nos será devuelta.
Si somos capaces de amar, también seremos capaces
de ser amados. Es simplemente
una cuestión de tiempo.
Paulo Coelho. Maktub. Pg. 136.
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