martes, 19 de mayo de 2020

Comentario de la conversación de Javer y Zaphiel. 4ª Parte. El proceso de Ascensión.


Comentario de la conversación de Javer y Zaphiel. 4ª Parte.

 El proceso de Ascensión.

Según Zaphiel este proceso de ascensión y cambio Cuántico es del todo inevitable. Es algo que está en marcha, “ya ha sido”. “lo que falta es que se haga oficial”, dice.

En este momento inicia una reflexión acerca de lo que está ocurriendo en estos tiempos. En el año 2020, sostiene que se está dando el Armagedón; pero asegura que esta guerra bíblica, lo que sería la 3ª Guerra Mundial, no acontece hacia el exterior, no es una guerra entre países, sino que es una guerra que acontece en lo íntimo de la personalidad; se trata de nuestra falta de integridad, de un conflicto entre el apego a las creencias junto a la imagen del sí mismo y la autenticidad. El mundo exterior, lo que nos rodea, no es lo más conflictivo para la gente. Este mundo que nos rodea ya no cuenta con nada que sea bueno, está muy alterado y tampoco muestra lo malo porque es en nosotros donde el desequilibrio y la patología se da proyectándose al mundo que nos rodea. Para quienes son conscientes del Ser, los auto realizadores, saben que no se sienten a gusto con el mundo en que viven; sienten que éste, de este modo, no es el mundo en el que desean vivir; lo que no exige que no se den aspectos luminosos y de belleza; pero la gente aquejada de inercias y distantes de la auto realización no percibe lo mal que está el mundo. Por el propio conflicto y falta de conciencia no se puede ver lo que tiene de infeliz e insano. Cuando vaya aconteciendo el cambio no se producirá un mayor dolor exterior en la gente; el sufrimiento acontecerá en la dinámica de la personalidad. Quien no sea consciente de sí tampoco se percatará de lo negativo del mundo exterior, ni de su propio sufrimiento. 

Aquellos que empiecen a hacerse conscientes serán quienes se darán cuenta del sufrimiento en sí mismos. Se percatarán de la propia necedad y les dolerá el haber permanecido en la ignorancia durante tanto tiempo; también sufrirán al darse cuenta de que han estado atendiendo en otra dirección, al dolor de no haber contactado con el veraz sufrimiento de no ser a lo largo de muchos años luchando contra o negando la propia humanidad. Dolerse por el peso de haber descuidado y desatendido la propia alegría y satisfacción de ser y el tiempo perdido, no vivido en plenitud. Dolerá lo que pudo haber sido y no fue por ceguera personal, por apego a inercias, por estereotipia, por adhesión a creencias y dependencia a la propia interpretación de la vida.

Según Zaphiel, se ha extendido de tal modo y ha penetrado en tantos aspectos esa falta o equívoca programación que él denomina “matrix”, se ha hecho tan omnipresente que las jerarquías cósmicas han decidido comprometerse e intervenir; pero, aclara que, a pesar de estar tan extendido este falso programa mental, no resultará tan dramático, tan duro, como se pinta en algunas profecías.

Asegura que este proceso de Ascensión o Cambio galáctico se va a dar en tres fases. Cada una contará con algún acontecimiento potente que sacudirá la humanidad. Zaphiel explica que la Fase A se iniciará alrededor del “Primer pepinazo”. Ni afirma, ni niega que pueda tratarse de la pandemia del covid-19 y sus consecuencias tan críticas. De la Fase B no habla apenas, pero se supone que se hará acompañar en su inicio de otro acontecimiento asimismo potente.

En la Fase 1, hace referencia a una sencilla metáfora enunciándola como la manifestación de tres días de oscuridad, de un periodo de tres días de intensa oscuridad en el ego, en la estructura mental, y de este modo debe “morir” el aludido ego. Claro que la “muerte” del ego es una forma de decirlo. Es imposible su aniquilación pues es parte importante de nuestra construcción mental, de nosotros mismos. Lo que se puede combatir es su preponderancia e influencia en nuestra personalidad reduciéndose su poder. En relación con la alusión de tres días de oscuridad, se hace referencia a los escritos bíblicos como en la muerte y resurrección de Cristo al tercer día de su crucifixión. También son los tres días que duran los solsticios y equinoccios y las fases lunares de Nueva y Llena. Es una aparente quietud, parece que todo esté detenido y fijo, como muerto, en ese tiempo. También alude a la expresión mística “Noche oscura del alma” tan bien expresada poéticamente por San Juan de la Cruz, que podría explicarse como un periodo de tristeza, miedo, angustia, confusión y soledad que resulta necesario afrontar para acercarse místicamente a Dios.

La Fase 3 ocurrirá antes del 2038, dentro de 19 años. Zaphiel nos dice que por esa fecha todo el mundo tiene que estar bien despierto; es decir, conectado con la nueva frecuencia porque, anuncia, que en quien no esté despertó se detendrá su funcionamiento atómico al no haberse transmutado, se le morirán las células y con ello su muerte (la consecuencia de lo que ha explicado en la 3ª parte de este ensayo-comentario). Asegura que en tal momento sí acontecerá un gran cataclismo. Allí sí habrá una transformación planetaria y, según Zaphiel; habrá mucha gente que se desconecte de la vida, aquella que no se haya adecuado al nuevo fluir energético. Esto puede herir la sensibilidad de las buenas personas, porque suena a genocidio o eugenesia. Ante esta postura crítica se explica diciendo que la humanidad se va a salvar, pero a ninguna persona la van a salvar; aclarando que a los galácticos y a la nueva humanidad no les interesa que se salven muchos monigotes, muchas personas que no han contactado con su propia humanidad. Él se refiere a  gentes que actúan como clones sin contactar con lo genuinamente humano a pesar del tiempo dado para trabajárselo. Zaphiel dice de unos miles de millones; es una cifra desconcertante y dramática y advierte que en esos momentos no servirá de nada el desvivirse para salvarlos, ni el sacrificio por su causa. El esforzarse y desvivirse para protegerlos arrastrará mucho sufrimiento innecesario. Recomienda que cada cual se tiene que limitar a lo suyo y aceptar lo inevitable. Afirma, seguidamente, como una sentencia “La ascensión no es para débiles de corazón”. Es una expresión muy dura y drástica, suena a inhumana; pero es justamente para afianzar la humanidad naciente mientras desaparece la anterior que no ha podido adaptarse, y por ello se extinguirá. No sé si esos 3000 millones de monigotes de quienes habla será un número profético o una forma de decir que pueden ser muchos. Aconseja que cuando llegue la fecha y la gente empiece a caer, no se debe caer en el sentimentalismo. Será como si se produjese una erupción volcánica o un seísmo y por tal causa mueran bastantes personas. Zaphiel aconseja en tono duro “Tú tira para allá y salva tu culito y vámonos”. “Déjate de lamentos”. El mundo del sentimentalismo y del compadecerse no sirve, antes bien, profundizará en el Armagedón que se está dando. Este Armagedón sólo ocurrirá en la mente de las gentes. El Apocalipsis ya dice que los adeptos de la Bestia tienen la señal en la frente y todos ellos caerán con la Bestia; parece que se refiere a esto. El problema será de acuerdo con cómo se reaccione ante el exterior; este es el “pepinazo”, asegura. Anuncia que va a haber un potente conflicto mental consistente en creer y pensar que ser un buen humano es tratar de salvar a los otros perdiendo de vista que lo que se tiene que salvar es el nuevo ser humano que está naciendo en cada cual.

En este punto hay que plantear una consideración importante, que no explicita Zaphiel. Parece que hay en conflicto dos bandos: el de los que se trabajan para la ascensión, es decir la auto realización y el de los no la consideran o no la quieren. Pero esto es muy simplista. La cosa no se plantea como una cuestión entre los “buenos” que lo tienen claro y los “malos” que se resisten o no quieren. La cuestión es la de los que se resisten y luchan contra la posible auto realización humana. Entre ellos hay, asimismo, al menos dos bandos igualmente en lucha. Y en lo que parece una lucha a muerte. En ambos lados se sitúan las poderosas élites que de dos formas distintas quieren seguir dominando el mundo y sus gentes. Una facción parece estar perdiendo popularidad, la de los “Globalistas”, y la otra trata de ganarse a su causa a quienes se resisten y luchan contra los Globalistas. Esta segunda facción es la de ”La Alianza Industrial”. Cada una cuenta con importantes líderes, capitales, ideólogos, estudiadas estrategias de manipulación, de opinión y de medios de comunicación, así como defensores, adscritos y simpatizantes. Detrás del escenario, en ambos frentes, se encuentran las mismas élites jugando a las dos bandas, así se aseguran no perder, pase lo que pase; pero deben confundir lo suficiente para que los aspirantes al cambio se decanten a una de las dos causas. Sus líderes y cabezas visibles son muy conocidos por la población actual del mundo. Para cuando se aproxime el 2038, estas personas quizá hayan dejado su protagonismo a otras, pero representarán lo mismo. Y tienen mucho poder de convicción y de propaganda, incluso en el nivel religioso y espiritual planetario. No voy a citar nombres, cada cual debe llegar a verlo por sí mismo. Esto es parte de esa guerra mental que se ha aludido poco antes. Yo no soy un experto en esto, ni tampoco tengo interés especial en indagar en ello, pero sí hay que darse cuenta el contexto de realidad que se da, y que se desarrolla en medio de profundas manifestaciones de fe religiosa y espiritual y de creencias político-sociales y económicas, así como de deseos de Unión planetaria y de deseos de mantener identidades nacionales. En ambos bandos hay fanáticos y también fervorosos creyentes que se consideran “buenos” y seguidores y defensores de la “verdad”. El conflicto se está dando en todos los ámbitos de la personalidad (seguridad personal, suministros materiales y vitales, sentimientos, creencias, ideologías, patriotismo, contradicciones, dudas, confusión, interpretación del sentido de la vida, fe, emociones apasionadas y sentimientos.). 

Zaphiel asegura que hay que sentir emociones, pero no sufrir emociones. Esto es un gran paso para la Gran Batalla. Al dejar de reaccionar y compadecerse por el exterior, no reducirán su condición energética porque, para salvarse, se necesita una alta vibración, se precisa comenzar a escuchar nuestro interior, adentrarse en lo profundo de uno mismo, del Ser. El saber qué somos nosotros. No interesa el distraernos en luchas que no son las humanas, con el afuera, con lo que ocurra con las pretensiones de las oligarquías y demás presuntos dominadores del “orden mundial”; lo que ocurra afuera es solamente una potente y apasionada distracción.

Zaphiel explica que poseemos el Observador por encima de lo material. Desde el Observador percibimos, reconocemos, sentimos y reaccionamos. El miedo tiene que ver con el reaccionar. El miedo produce y progresa dentro de lo dual. Nuestra mente se mueve en este planeta a través de la dualidad, de diferenciar lo que es el bien de lo que es el mal y, por ello, es el mundo del miedo. El observador, tras percibir, reconocer y sentir debe darse cuenta de si se conecta con lo dual. ¿Qué es lo dual? Dual es lo propio del ego, es decir el juzgar, el comparar. “Es el sí, pero…” Es lo que se organiza y orquesta entre opuestos valorativos y, por tanto, exige una postura dada que está en contra o conflicto con la otra. Sí, aquello que proviene de mi interior, de mi ser, ya no es dual; a menos que eso primario profundo experimente un proceso de elaboración mental y entonces ya devenga externo y, por ello, dual. Los sentimientos surgen de dentro, de nuestra biología y no es algo dual; cuando estos sentimientos mueven bastante energía nos excitamos y entonces tenemos un estado emocional. Puede tratarse de alegría o felicidad, experiencia de gozo, de bienestar, o quizá de temor colocándonos en situación de emergencia (impulso de ataque o huida). Entonces la mente, el ego, interviene y ese estado emocional primario, puro, natural, se elabora y se ajusta a nuestras creencias y forma de interpretar la vida, dando por resultado un sentir y pensar dual; es lo que se llama un proceso emocional secundario, convirtiéndose en decepción, estrés, ansiedad, inseguridad, depresión, duda, etc.

Lo que siento en mí, desde dentro de mí, no es dual; y por ello es auténtico. Todo lo que viene del Ser resulta bonito y es puro sentimiento.

Lo primario, no dual, nos conecta con el Misterio y ante ello sólo cabe el silencio, no el pensar; tan sólo observar, sorprenderse y maravillarse; de otra forma se genera preocupación y con ello apego al temor (le decimos comúnmente ralladura).

En nuestro mundo exterior, político, económico, cultural y social, como gran parte de lo que contiene nos es importante, debe darte igual; a esto le llamamos desapego. En nuestro mundo actual predomina lo oscuro, estamos ahora en lo más oscuro del mismo y no me voy a poner a juzgar lo que pasa afuera, cada cual debe darse cuenta por sí mismo, recuerda que cuando juzgamos nos colocamos en lo dual. Entonces eso nos suscita temor, aprehensión, nos exige juzgar y defendernos y hasta atacar; ello ya es un posicionamiento dual. Procura que tu opinión no sea dual, no fuerces una interpretación para justificar o defender un posicionamiento personal, aunque creas fuertemente en él, ello también es dual. No es fácil opinar sin juzgar o proponer un sistema personal de valores asociándolo a nuestro marco interpretativo. Puede que no veamos más allá de opuestos y esto es dual.

Debemos sentir lo nuevo, sentir lo que se crea en nuestro Ser. Así alimentamos la consciencia cósmica y, cuanta más claridad y confianza tengamos al entender cómo funciona todo este mundo, más surgirá un sentimiento potente de alegría, de fraternidad, de colaboración en todo; es decir, percibimos lo que hay de sagrado en lo que nos rodea. Y se acompaña de una tierna sonrisa o una divertida risa.

Zaphiel trata de explicarnos todo esto a su modo, asegura que en estos momentos estamos viviendo algo muy delicado concerniendo a los universos. Asegura que toda la estructura en la que vivimos (una matrix) tiene que deteriorarse para que surja algo nuevo. Al desmoronarse lo conocido (y lo conocido ofrece una cierta sensación de confort) nos abrimos audazmente en lo desconocido (se teme a lo desconocido), para ello debemos ser exploradores de nuestro universo. ¿Nos lo vamos a cuestionar? Estamos en una posición límite, muy contradictoria, pues empiezan a surgir hechos satisfactorios. ¡Esto no hace más que empezar! Van a surgir tantas cosas nuevas que va a ser de locura; novedades continuadas. Todo un mundo se desmorona, aparece como un caos, pero están surgiendo innumerables novedades. No hay que cuestionarlas. Mucho y muchos van a caer, caiga quien caiga, y pase lo que pase, no te distraigas con lo racional y dual. El ego se agrandará juzgando y tratando de controlar el caos y, de este modo, lo acrecentaremos convirtiéndolo en algo monstruoso y, entonces, el contemplarlo, puede hacer que nos domine por completo. La verdad es que el ego es pequeño si no lo alimentamos, si no criticamos, si no juzgamos y tratamos de no aplicar la dualidad de la mente.

En este punto hay que aclarar acerca de unos puntos que pueden confundirnos porque según se mire puede parecer parte del ego, y visto desde otro ángulo, es algo interior, sin ego. La compasión, el perdón y el agradecimiento pueden ser ego. Para que no sea producto del ego deben estar asentados en el amor. No en teoría ni por creencia. El compadecerse, el imponerse la condición de tener que perdonar y el obligarse a agradecer pueden ser un gran ego, pero date cuenta de que entonces no te sitúas en la humildad del amor; sino que tratas de engrandecerte, de aparentar, y no solamente ante los demás, sino especialmente ante ti mismo. Recordemos que nuestro ego nos observa como estando ante un espejo. Por ello el autentico amor es sinceridad y humildad.

Recordemos, según Zaphiel; que en estos inminentes y cercanos días venideros, todos tenderemos dinero por igual y tendremos limitado el poder de enriquecernos. Entonces veremos cómo, en este sentido, actúa nuestro ego. ¿Nos apañaremos lo suficientemente? ¿A quienes les supondrá abundancia y a quienes insuficiencia? ¿Qué tipo de quejas va a aparecer? ¿Cómo integraremos esta noción de abundancia-carestía teniendo en cuenta el impacto de nuestra huella ecológica? ¿Y al compararnos con el nivel de vida de la demás gente en otros países distantes al nuestro? Vamos a darnos cuenta de muchas creencias acerca de la riqueza, la abundancia, la elegancia y el consumo y podremos darnos cuenta de que son estados mentales y por ello duales.

Todo este cambio inminente se va a producir en plena consciencia; en virtud del grado de ego que alberguemos, nos producirá temor, duda, inseguridad…; y en la medida en que lo reduzcamos podremos decir ¡Esto es alucinante! ¡Flipo! ¡Qué maravilla se está dando! También nos daremos cuenta de que se manifestará cantidad de asistencia y apoyo cósmico. Van a producirse cascadas de sentimientos y emociones, nos daremos cuenta de todo ello. También nos daremos cuenta de si tan sólo las sentimos y nos transforman en el proceso de ascensión o nos atascan mentalmente y así nos resistimos a la ascensión.

Zaphiel agrega como final que va a ser algo tan bueno y bello lo que irá surgiendo, que apenas tendremos deseos de recordar cómo era el mundo antes de todo esto. Pero no habrá amnesia, sólo que no resulta grato recordar lo que no era agradable.

Para ayudar a cambiarnos en la nueva realidad personal y planetaria, debemos dejar de reaccionar en las cosas asociadas a lo material; dejar de reaccionar cuando esas emociones no se ajusten a elaboraciones mentales y a nuestras creencias; dejar de apegarse a la vieja identidad ya caduca. Entonces, de forma automática, se activa la nueva forma de identidad como humanos cósmicos, galácticos. Lo viejo va a descomponerse porque tú harás decidido vivir en el nuevo paradigma humano.

Si mantienes inercias y hábitos o rutinas, entonces vas a apegarte a lo que no funciona y te aportará cosas malas. 

Hay que purificarse en la alimentación, en los hábitos, en los sentimientos y emociones con sus consecuentes elaboraciones.

Hay que solicitar que nuestros guías y asesores etéricos nos aporten el nuevo programa, que nos aporten nuevos códigos para que nos transmutemos alineándonos con el fluir de la Quinta dimensión.

No estamos solos, nuestro corazón y sentir nos conectará con las fuerzas renovadoras que quieren apoyarnos, y hay que soñar, hay que tener sueños de aspiración elevada, justa, bella… que es lo que se crea. Abrámonos a crear nuestra propia vida como humanos auto realizados y que ello cree este nuevo mundo mucho mejor que el pasado. Zaphiel concluye con la siguiente aseveración: “¡O despiertas o sigues sufriendo! Y ya ves a qué te arriesgas en este caso”.

Un gran abrazo. 

    Ernesto Cabeza Salamó.


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