Afirmaciones para el camino con corazón 2

Yo soy el guerrero que reposa.
Yo soy el guerrero impecable.

La forma en que reposamos como individuos depende de las complejidades de nuestro destino y del modo en que éstas encuentran expresión en el misterioso mundo del poder.
La impecabilidad es un concepto elusivo porque su realización varía para cada uno de nosotros. Nadie puede decirnos cómo reposar, es algo que debemos determinar por nuestra propia cuenta. Pues sólo nosotros podemos llegar a conocer el modo en que la importancia personal enerva nuestras vidas personales, y sólo nosotros podemos trazar un plan de batalla que reduzca con éxito sus efectos debilitadores.
La impecabilidad es una forma de arte que se practica, un estado de ser que se encarga del uso óptimo de nuestra energía luminosa. Y como estilo de vida, la impecabilidad requiere amabilidad, sabiduría y una apreciación de la belleza. Requiere sobriedad, frugalidad, sencillez, inocencia y consideración. Y, por encima de todo, exige falta de autorreflejo, un distanciamiento amplio de la autocompasión y del monstruo de importancia personal que genera.

Yo soy el guerrero que reposa.
Yo soy el guerrero habilitado.

Es triste darse cuenta de que la mayoría de la gente cierra los ojos ante su propio camino habilitador. Se han desconectado del espíritu y esa desconexión la mantiene atrapada en un mundo estéril de su propia creación.
Recorrer este camino mágico nos enfrenta a una maraña de contradicciones. Requiere que mantengamos un constante sentido de confianza en algo totalmente invisible a la vez que la aceptación incondicional de la responsabilidad condicional para librar una guerra extravagante con nuestro sentido individual del yo.
No tenemos tiempo para quejarnos sobre las condiciones de nuestro sino. A cambio, contentos aceptamos la mano que nos ha repartido el destino. Ser impecable es el único acto verdadero de la habilitación del guerrero, el único acto que es libre en el mundo del intento.

Yo soy el guerrero que reposa.
Yo soy el guerrero proactivo.

El mismo poder nos ha demostrado que mientras confiemos en mantener el control condicional de nuestro mundo, estamos ignorando la existencia y el movimiento de la esencia del universo.
La vida en la primera atención nos enseña a ser víctimas. Nuestra propia autocompasión nos agota y nos hace sentir desvalidos en un mundo de circunstancias externas fortuitas. Esperamos que tarde o temprano esas situaciones desaparezcan, cambien o sean juzgadas por nuestros actos y los de otros seres humanos. Esta suposición es errónea.
Como guerreros, en vez de descartar todo lo que no se ajuste a las expectativas autorreflectoras del mundo, aceptamos la naturaleza incondicional del misterio que nos rodea y liberamos los sentimientos de dependencia sobre el control condicional.
Este sencillo y sutil cambio de perspectiva es la clave para desactivar a la víctima que está dentro de todos nosotros y es la clave para la activación de una relación nueva y proactiva con el poder.
La clave para desactivar a la víctima interior es, sencillamente, actuar. Si pensamos en nuestros actos no tendremos otra elección que creer que son importantes. Elegir actuar sin realizar un análisis y una autocrítica posteriores nos habilita para ser proactivos en el sentido más amplio del término.

Resumen personal de las aclaraciones de Tomás para cada afirmación de su libro "Camino de Poder del Guerrero Tolteca" La Vía del Nagualismo. Edaf. El dibujo es un tapiz huichol.