La Primera y Segunda Humanidad
Hace justo un mes publiqué aquí mismo el escrito ¿De vuelta al Humanismo? Ahora prosigo con el tema formulando algunas preguntas.
Hace mucho tiempo algún homínido descubrió cómo hacer fuego. Ese fue el paso definitivo hacia la humanidad. No fue el utilizar objetos para ayudar a la subsistencia, no fue el que vivieran en un colectivo nómada. Se hizo humano cuando al amor del fuego, ahuyentando algún depredador, se reunieron a su alrededor y allí empezaron a compartir experiencias, sentimientos, relatos y canciones. Allí comenzó lo simbólico, la tradición, la cultura, la civilización. Y el mundo comunicativo simbólico empezó a generar mitos, cultura, tradición…
Con la humanización se iniciaron cambios sociales creando una identidad de comunidad con una tradición afectiva, mítica y espiritual compartida. Desde ese punto los grandes avances se sucedían con los siglos y milenios.
La tradición era oral, alrededor del fuego protector o del fuego del altar sagrado; luego esas ideas se plasmaron en ideogramas y sucesivamente estos ideogramas se fueron transformando en representación de fonemas como las actuales escrituras.
Hasta fines del siglo XX, la evolución de la civilización y sus recursos filosóficos, artísticos, científicos y técnicos fueron prosperando, pero ahora, con el fin del milenio y el inicio del actual, se está dando algo de tal magnitud y trascendencia como el del fuego en su momento.
La información a nivel global, la liberación de las posibilidades en relación con el papel que juega hoy el humano en el mundo; la certeza de que ya todo depende de sus decisiones y propósitos. El humano ahora piensa como alguien sujeto al planeta, pero con los ojos puestos fuera de él, en otros mundos y estrellas.
Ya nunca el concepto del humano y de su mundo será como antes. El humano universal, formando parte del Universo y participando de su información crea una situación tan trascendental como el descubrimiento del fuego. Lo que antes sucedía en siglos y milenios, ahora ya acontece de inmediato. Los avances de siglos se transforman ahora en lustros de pensar y convertir en acto su conocimiento le coloca en el punto en el que antes se colocaba a sus dioses y espíritus. Esto no ha hecho más que comenzar. En los noventa se inició la computación general después, apareciendo internet, cambió su mundo y lo que hoy ocurre será muy diferente a lo que acontezca en una década. ¿En cien años cómo estaremos? Apenas lo podemos vislumbrar. Pensemos que hace muy pocos años aún no había dispositivos móviles y la telefonía era únicamente por cable.
Es excitante y también da cierto vértigo. ¿Cómo se define y se sitúa actualmente el humano en el mundo que está creando? No soy ingeniero, ni filósofo; pero cuesta dibujar un devenir a medio y largo plazo.
Aquí se sitúa el significado de la nueva humanidad. ¿Cómo se desarrollará? ¿Sobreviviremos a nuestros errores y temores?
Se habla de transhumanismo. Hay quienes sienten una fogosa excitación en su desarrollo y en el vértigo de los avances tecnológicos cuando apenas tenemos tiempo de considerar a qué nos conducen.
Si el humano se considera como un ser limitado, buscará en las aplicaciones tecnológicas vencer estas limitaciones; algo así como el microscopio y el telescopio acentúan su alcance de ver y mirar; a como los vehículos extienden las limitadas posibilidades de la locomoción. El correr normal apenas alcanza los 10 Km/h. Los vehículos motorizados nos conducen a más de cien y los vuelos a mayor velocidad que el sonido. Se rompió la barrera de la velocidad del sonido y se vencerá la barrera de la velocidad de la luz…; y tal sucede con todos los sentidos y posibilidades motoras.
El intelecto apoyado en la computación opera con información antes inimaginable. Se conoce el genoma y éste puede ser modificado; los órganos que se deterioran pueden ser sustituidos por otros ya sean biológicos o artificiales. La cibernética y la robótica crean un nuevo concepto de mundo y de vida. La reproducción ha experimentado avances inimaginables décadas atrás. La fertilización “in vitro”, la inseminación artificial, el estudio cromosómico y genético para tratar de evitar enfermedades y, quizá, idear modificaciones genéticas en la frontera de la ética; ¿Qué decir de la clonación? La lucha contra el deterioro físico debido a la edad sustituyendo órganos dañados por prótesis informatizadas; nanotecnología biológica y hasta neuronal. La idea de alcanzar algún modo de vencer la muerte y hacer posible la inmortalidad. ¿La fusión de la biotecnología y la ciencia informática creando implantes cibernéticos en nuestro cerebro? ¿A dónde nos conduce todo este mundo de posibilidades y probabilidades? Esto es el transhumanismo, muchos sueñan con el advenimiento de esta condición, postulan una concepción en la que no se pueda diferenciar la biología y la cibernética en su íntima interconexión. ¿Robots, androides, ciborgs? ¿En qué cultura y civilización?
Robots, androides |
Va a depender de cómo interpretamos la naturaleza humana.
Si esta se interpreta como deficiente, insuficiente y limitada, el transhumanismo creará mediante tecnología lo que la complete, posiblemente llegando a considerarla como simbiótica o como con un imperativo biológico necesario. Esta concepción tiene sus profetas y gurús.
Si esta se interpreta como deficiente, insuficiente y limitada, el transhumanismo creará mediante tecnología lo que la complete, posiblemente llegando a considerarla como simbiótica o como con un imperativo biológico necesario. Esta concepción tiene sus profetas y gurús.
Recreación de ciborg |
Si el concepto humano es auto realizador, el compromiso de explorar y actualizar el potencial latente podrá poner en jaque a la interpretación anterior. Éste es el desafío que se nos presenta. ¿Qué es el humanismo que nace con la nueva concepción de lo humano? El fuego creó la humanidad, ahora se crea una nueva humanidad.
¿Qué crees que ocurrirá? En la ficción se debate todas estas concepciones humanas. ¿A cuál se le da y dará mayor publicidad y atención mediática? ¿Qué oscuros intereses latentes hay en su divulgación y en la creación de corrientes de opinión?
Ernesto Cabeza Salamó
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